domingo, 10 de junio de 2012

TRABAJAR PARA EL DINERO O HACER QUE EL DINERO TRABAJE PARA USTED (Parte II)

En mi blog anterior enuncie la situación real de la mayoría de los jóvenes universitarios recién egresados que inician su carrera laboral y su perspectiva del manejo del dinero.  En este blog, enunciaré algunos tips para hacer que el dinero trabaje para ti y no que tu trabajes para el dinero.

El primer obstáculo que se presenta para cambiar esa mentalidad es el miedo, es decir, el temor al fracaso, a la inestabilidad, a quedarte sin nada y al hecho de no poder cumplir con tus compromisos.  A medida que pasa el tiempo e inicias el proceso de adquirir compromisos financieros: gastos personales, recreación, viajes, la cuota del carro, las tarjetas de crédito, los gastos de la casa, salidas con amigos, etc... el temor va creciendo, las ganas de correr riesgo van desapareciendo y tu estilo de vida se vuelve mucho más exigente.  Es entonces, cuando se piensa en que la única solución es buscar un mejor trabajo, donde tenga un mejor sueldo...  Pero sin darte cuenta te llenas de compromisos, porque entre más se gana, más se gasta. Por lo tanto, lo primero que se debe hacer es dejar ese temor a un lado, porque quien no arriesga un huevo, no obtiene un pollo.  

Si te encuentras iniciando labores y obteniendo ingresos, toma un poco de tu sueldo para iniciar tus propios ahorros; empieza con el 10% del mismo, continua con 12%, 15%, 20% y así sucesivamente.  Luego, que tengas algún dinero ahorrado inicias el proceso de inversión (acciones en empresas, negocios relacionados a tu trabajo, cdts, bienes y raíces etc), y una vez que los ingresos generados por la inversión sean superior a los obtenidos por tu sueldo, renuncia a tu trabajo y dedícate a administrar tus propias inversiones.  Recuerda, que no hay quien engorde más a la vaca que el ojo de su amo.

Para alcanzar el ahorro, en el libro las 21 leyes absolutamente inquebrantables del Dinero, se habla de el sacrificio, es decir, dejar de hacer ciertas cosas o comprar ciertas otras a un menor costo, con el fin de poder satisfacer tus necesidades básicas e ir construyendo tu futuro.

Por lo anterior, se puede concluir que la clave del éxito es adquirir activos y disminuir considerablemente tus pasivos, de tal forma que tus pasivos sean tan insignificantes que ni te darás cuenta que los tienes.   Es ahí donde empiezas a entender, que el dinero por si sólo está trabajando para ti.


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