Llega diciembre y la algarabía, la congestión y el afán de las personas se incrementan. Así como las ganas y deseos de estar en familia... Pero diciembre con sus fechas, más que acontecimientos especiales es una excusa para volver a casa y reencontrarse con los suyos... compartir los momentos en familia.
Lo que si es cierto, es que el año llega a su fin y como todo final (si la persona es organizada), deberá tener su proceso de evaluación con el fin de identificar si se hizo una buena tarea y se cumplieron las metas y sueños del año.
Una gran amiga me enseñó a hacer tradicionalmente un libro de los sueños, que es un espacio en donde escribes e ilustras las metas y sueños para el próximo año. Sin embargo, lo interesante del asunto es evaluar anualmente que tan juicioso fuiste con el cumplimiento de tus metas y tomar correctivos del por qué los propósitos no fueron cumplidos. Y teniendo como base dicho proceso de autoevaluación, podrás diseñar de buena forma tus nuevos objetivos.
Por todo lo anterior, un año se acaba y otro inicia... nuevas metas planteadas y nuevos compromisos adquiridos... Diciembre, mes de reencuentro, reflexión, de borrón y cuenta nueva...
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