OJOS VEMOS... CORAZONES NO SABEMOS...

Durante toda la semana las principales noticias por los diferentes medios de comunicación hacen pensar que realmente OJOS VEMOS... CORAZONES NO SABEMOS....  La mayoría de los titulares con relación al caso de Sigifredo López (exdiputado) fueron:  "Colombia no sale del asombro", "Sigifredo de víctima a victimario", "Faltan palabras en el caso de Sigifredo". Por lo que familiares de las víctimas, personajes del Gobierno y hasta la misma comunidad expresaron frases como:  "No me cabe en la cabeza que eso pueda llegar a ser posible"  Federico Renjifo, ministro del Interior.  "Guardo la esperanza como ser humano que eso no llegue a ser verdad".

Y es que realmente es una situación difícil de creer, cómo alguien tiene un corazón tan cruel y es capaz de condenar al encierro a sus propios compañeros y/o amigos; de hecho, cómo es capaz de someterse él a ese mismo encierro y privar a sus familiares de compartir ciertos momentos especiales.  Sin embargo, las pruebas hablan y los testimonios hacen pensar que su inteligencia fue usada para hacer el mal y obtener ciertos beneficios propios.

Teniendo en cuenta comentarios de campesinos quienes afirmaron haberlo visto por las calles en camioneta junto con sus secuestradores y la misma compañera sentimental del Grillo, quien afirma del trato especial que se tenía para Sigifredo hacen pensar que el exdiputado López si hizo parte de ese secuestro perfecto.  De hecho es más sorprendente aun el saber que fue el único sobreviviente de la masacre y que sus versiones de los hechos no fueron coincidentes...

Sin embargo, esto de OJOS VEMOS... CORAZONES NO SABEMOS... no es solo a nivel macro, realmente esto pasa diariamente, con tu vecino, amigo, compañero, novio e inclusive esposo.  Muchas veces las personas nos muestran una cosa y al final son otra. Y es allí donde nos damos cuenta, que solo Dios y la persona misma conocen lo que hay en su interior: sus sentimientos, pensamientos y las razones de su actuar.  A nosotros, lo único que nos queda es confiar y creer en lo que nos dicen; porque las personas son inocentes hasta que se demuestre lo contrario...